Nos violan, nos agreden, nos matan por el hecho de ser mujeres en una sociedad patriarcal.
Más de cincuenta asesinadas durante el año 2017. Por encima de las mil doscientas en los últimos diecisiete años. Sólo en el primer trimestre de este año, cerca de cuarenta mil mujeres contabilizadas como víctimas de alguna forma de violencia machista. Las agresiones de todo tipo hacia las mujeres se han convertido en algo con lo que ya se cuenta; como un tributo anual que hubiera que pagar a esta sociedad enferma; como un mal hábito enquistado y consentido.
Por eso, las y los firmantes de esta carta EXIGIMOS:
- Medidas enfocadas a reforzar la vigilancia a los maltratadores. Creemos en la eficacia de vigilar al agresor, hacer pública su condición en su entorno y no minusvalorar su capacidad de agredir no sólo a la mujer amenazada sino a sus seres queridos (madres, hijos, actuales parejas, amigas...) para ejecutar su venganza. En definitiva, consideramos prioritario no estigmatizar a la víctima, sino al culpable.
- Que se niegue la patria potestad a los condenados por maltrato: un maltratador no puede ser un buen padre. Los menores son víctimas directas de las agresiones en el seno de la familia. En ello coinciden las organizaciones feministas y también las que luchan por los derechos de la infancia.
- Considerar como violencia machista no sólo la dirigida hacia la pareja, sino todas aquellas agresiones que tengan como origen la violencia ejercida hacia la mujer. Pensamos que circunscribirla al ámbito de la relación sentimental incide en la visión de una estructura patriarcal de la sociedad. Es necesario visibilizar a TODAS las víctimas de esta violencia.
- Campañas dirigidas a los maltratadores, que les señalen y que dejen claro que no tienen sitio en una sociedad del siglo XXI. No puede ser que las campañas se sigan dirigiendo a las mujeres que, además, en muchos casos, antes de ser asesinadas, han cumplido con los protocolos: abandono del maltratador, hacer pública la situación en su entorno, denunciar... sin que les sirviera de nada. Es primordial tener en cuenta los consejos y directrices de expertas en el tema, para no caer en tópicos que terminan por reforzar el estado de cosas actual.
- Campañas educativas dirigidas a jóvenes. No conseguiremos nada mientras no se trate el problema del auge del machismo entre los adolescentes y dentro de las relaciones entre menores. Charlas, debates, obras de teatro... son múltiples las maneras en que se puede abordar en el ámbito educativo con una educación emocional para la igualdad y el respeto.
- La implicación en la lucha contra la violencia machista de todos los estamentos sociales: judicial, político, médico e institucional a todos los niveles, así como medios, mundo de la cultura... No se puede seguir consintiendo la frivolización, cuando no complicidad, que reina entre muchos profesionales con poder en sus ámbitos, con respecto a este tema.
Estamos hartas de que se asuma irremediablemente nuestra condición de víctimas; de que se trate la violencia machista como algo endémico y sin solución desde los medios y las instituciones; de los recortes que afectan a unas políticas ya de por sí insuficientes; de tener miedo, ser culpabilizadas y tachadas de histéricas. Es urgente el apoyo, la implicación y la concienciación de todas y todos para que el avance hacia la erradicación total de la violencia contra las mujeres sea un hecho en el que participe y del que se beneficie y enorgullezca la sociedad al completo.
No queremos ser víctimas. No nos resignamos. No dejaremos de presionar para que el terrorismo machista sea erradicado de nuestra sociedad.
NI UNA MENOS.
Firma la petición en el siguiente enlace: PETICIÓN
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