En este día, un año más, surge la tentación de guardar un luto silencioso, hacer un duelo sin palabras por todas las mujeres asesinadas, violadas, mutiladas, golpeadas, prostituidas, humilladas, discriminadas, ninguneadas, conducidas a la depresión y al suicidio por vidas de violencia silenciada… en todos los lugares del mundo.
Pero, también una vez más, optamos por levantar la voz, tomar la palabra, empoderarnos, y denunciar otras formas de violencia de género que sufrimos todas las mujeres todos los días: las estructuras patriarcales que siguen minimizando la importancia de la discriminación hacia las mujeres; el incumplimiento de los acuerdos internacionales que tiene como objetivo garantizar los derechos humanos de las mujeres; la violación sistemática de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; la permanencia de estereotipos de género que son el caldo de cultivo para los argumentos que sustentan la violencia de género; la falta de cumplimiento y desarrollo de las leyes que defienden la igualdad efectiva de mujeres y hombres; los brutales recortes económicos de los poderes capitalistas neoliberales e, indudablemente, patriarcales, que afectan directamente a la prevención de la violencia de género contra las mujeres y al desarrollo de nuestros derechos.
Pilar Iglesias Aparicio
25-11-2014
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